Corría el año de 1971, Junior aún jugaba en el Romelio Martínez y en sus filas tenía jugadores brasileños que hacían las delicias de los aficionados del estadio Municipal, por otro lado en su cantera habían muchos jóvenes que se entregaban día a día para llegar a jugar al equipo profesional.

Sin embargo, Vittorio Márquez, que por aquel tiempo tenía 17 años, no era uno de esos muchachos. Pues a pesar de ser un volante creativo, de buenas condiciones, realmente no tenía muchas más aspiraciones de llegar a compartir cancha con Víctor Ephanor, Machado Da Silva, Ney, Misael ‘Papo’ Flórez o Joaquín Pardo.

“Yo estaba en una zona de confort. Me sentía bien porque estaba en mi casa, no me entregaba. A mi me vinieron a buscar para llevarme al Cúcuta y al Bucaramanga. Pero no me quise salir de mi zona de confort. No estaba preparado y nadie me dijo como tenía que enfrentar la vida”, expresó Vittorio.

Hoy, a sus 64 años, con todo lo vivido y lo desaprovechado reflexiona y sabe que en la vida dejó que se fueran las oportunidades de trascender.

“Yo no quiero que la historia mía se repita. A mi me dieron beca en cuatro universidades para que jugara fútbol. Hoy en día me arrepiento de que todas esas oportunidades las dejé pasar”, señala.

En ese estado de desilusión y pensando cómo ilustrar a los jóvenes sobre la manera de aprovechar su vida, un día se dijo así mismo que iba a escribir un libro. Ante esto pensó que a los niños no les gusta leer. Pues mejor aún, los enseñaría a hacerlo. Y pensando como, recordó lo que él leía de pequeño. 

“Cuando yo era niño, leíamos bastante las paquitos de Superman, Kaliman y El Santo. Todas esas tiras cómicas.  Entonces yo me dije que podía hacer algo similar, pero metiéndole valores ciudadanos y formación para que los niños estuvieran ilustrados sobre los desafíos de la vida”, resaltó.

Luego de hacer bosquejos, de su propio puño dibujar unos cuantos personajes, Vittorio armó una historia y comenzó a tocar puertas. Al principio, no tuvo mucho éxito, hasta una tarde casual de hace diez años.

“Un día iba bajando por toda la 76 y me tropecé con un amigo, de nombre Orlando De la Hoz. Le mostré los dibujos y me dijo que él conocía a alguien que le podía interesar mi proyecto. Caminamos unas cuantas cuadras y llegamos a la oficina de Elverth Santos, quien se interesó de inmediato”, explicó.

Santos lo citó para una segunda reunión, pues él en esos días estaba preparando una conferencia. Tan pronto se desocupó, lo mandó a llamar. Esa reunión le dio un vuelco total al proyecto.

“Tan pronto entré a la oficina vi al ‘Pibe’ Valderrama allí sentado. No sé si fue porque jugamos fútbol los dos, o éramos volantes de creación, pero surgió una amistad muy buena desde entonces. Era como si nos conociéramos de toda la vida”, señaló Márquez.

Inmediatamente la propuesta fue que el protagonista de la tira cómica fuera Carlos ‘El Pibe’ Valderrama,  que es un ídolo para los niños. A través de sus vivencias en el barrio Pescaito, los niños aprenderán como afrontar la vida, e incluso aprender a jugar al fútbol mediante historias que les darían las teorías de cómo comportarse en una cancha, en un partido y hasta en un avión y cuando viajen al exterior.

“El Pibe es exactamente el ejemplo de todo lo que yo no fui. Alguien se que puso retos en la vida y salió ganador de ellos. Es el ejemplo de lo que es luchar para alcanzar los sueños”, manifestó.

Por eso, primero quería nutrirse de la esencia del niño travieso que fue Valderrama antes de convertirse en el jugador insignia de todo un país.

“Tan pronto pude me fui a Pescaito y me senté a hablar con ‘Jaricho’, el papá del ‘Pibe’. Me contó unas historias y a los días regresé con unas páginas dibujadas. Cuando las vio, gritó ‘nojoda’ con tanta fuerza que los vecinos salieron a ver qué le pasaba. Me dijo que se emocionó tanto con la historia y los dibujos que hasta se le erizaron los pelos”, recordó con mucho humor.

Hoy, el proyecto ya se encuentra completamente terminado. Siendo un libro de 384 páginas, dividido en 24 cartillas de 16 páginas cada una. En ellas, hay a parte de las historias, trabajos lúdicos para los niños y textos a pie de página que hablan de formación en urbanidad y disciplina escolar.

La forma de montaje es muy similar a las tiras cómicas de los años 60 y 70, basándose en fondos reales de fotografías y montajes con las caricaturas. Con la diferencia, que los ‘Animados El Pibe’ son totalmente a color.

"En esta fase del proyecto estamos presentando y socializando las cartilla a los secretarios de educación, deportes, cultura y gobierno de los diferentes municipios. La idea es repartirlo a niños de los grados 3, 4 y 5. Inicialmente apuntamos a entrar en 10 colegios".

“La idea es que nos den la oportunidad de desarrollar el proyecto. Hay muchas posibilidades en torno a lo que se puede lograr. Educación lectora, formación en valores, hasta educación física con las lecciones teóricas que se dan sobre como jugar fútbol”, cerró Vittorio.

Por el momento, la socialización sigue avanzando y Vittorio Márquez está a la expectativa de poder cumplir con el objetivo que se trazó para su vida, poder cambiar la mentalidad de los niños.